Las instalaciones de gas de una casa se componen de un sistema interconectado de tuberías, válvulas, medidores y dispositivos de seguridad. Todos estos elementos están diseñados para suministrar gas a los diversos electrodomésticos. El gas, que generalmente es gas natural o propano, fluye desde la tubería principal de suministro hasta los electrodomésticos como la estufa, el calentador de agua y la calefacción. El suministro de gas se controla mediante válvulas que regulan la presión y el flujo. Además, los medidores de gas miden la cantidad de gas consumida, lo que ayuda a monitorear y controlar el uso y los posibles problemas de fugas. En resumen, las instalaciones de gas son un sistema integral que garantiza la distribución segura y eficiente del gas en una casa.
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